A lo largo de la historia, las mujeres han desempeñado un papel crucial en el avance del conocimiento científico. Sin embargo, su trabajo a menudo ha sido infravalorado, ignorado o atribuido a otros, resultando en una representación desigual en los premios científicos más prestigiosos. Desde la Comisión de Igualdad, consideramos esencial visibilizar esta problemática y proponer acciones concretas para revestirla.
El 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, es una oportunidad para reflexionar sobre las desigualdades persistentes en el ámbito científico. Entre ellas, destaca de forma alarmante la invisibilidad de las mujeres en los premios científicos, un problema que no solo subestima su impacto en el avance del conocimiento, sino que perpetúa un sistema de reconocimiento desigual.
¿Cuál es la situación actual?
Históricamente, los premios científicos más prestigiosos, como el Nobel, han sido otorgados de manera desproporcionada a hombres (1) (2). Las mujeres, aunque han realizado contribuciones fundamentales en diversas disciplinas, a menudo quedan relegadas al olvido o sus logros son atribuidos a colegas masculinos. Incluso en premios más recientes o específicos, las mujeres suelen estar infrarrepresentadas (3).
Esto no se debe a una falta de talento o mérito, sino a barreras estructurales que afectan el acceso, la visibilidad y el reconocimiento de las mujeres en la ciencia. Estas incluyen sesgos de género en los procesos de nominación y evaluación, redes de apoyo predominantemente masculinas y la falta de referentes femeninos en posiciones de liderazgo.
Desde la creación de los Premios Nobel en 1901, solo 25 mujeres han recibido galardones en las disciplinas científicas. Este año, la cifra no cambió: los siete premios otorgados en física, química y fisiología o medicina fueron para hombres.
Una parte de la comunidad científica ha expresado su frustración por la ausencia de mujeres entre los premiados, especialmente por la omisión de dos investigadoras que contribuyeron al trabajo reconocido en fisiología o medicina. Expertas y expertos en sesgos de género en la ciencia señalan que esta brecha en los Nobel refleja barreras más amplias que enfrentan las mujeres en el ámbito científico, lo que empobrece a la ciencia.
Si bien áreas como biología, química y ciencias sociales están logrando paridad de género en grados universitarios y de posgrado, la representación femenina disminuye a medida que se avanza en la carrera académica, un fenómeno conocido como la «leaky pipeline (tubería con fugas)». Muchas mujeres abandonan la ciencia debido al sexismo, y quienes persisten tienen menos posibilidades de ser promovidas a puestos de profesor titular o cargos de liderazgo como jefaturas de departamento, editores de revistas científicas o médicas.
Incluso dentro de la academia, las mujeres obtienen menos titulares, son autoras principales en menos artículos, son citadas con menor frecuencia que sus colegas hombres y reciben menos premios prestigiosos en general (1).
Ejemplos históricos de discriminación en premios científicos
- Lise Meitner: Física austriaca y co-descubridora de la fisión nuclear, Meitner fue ignorada en el Premio Nobel de Química de 1944, que fue otorgado únicamente a su colega Otto Hahn.
- Rosalind Franklin: Sus imágenes de difracción de rayos X del ADN fueron esenciales para que James Watson, Francis Crick y Maurice Wilkins elaboraran el modelo de doble hélice del ADN. Sin embargo, Franklin no fue reconocida cuando ellos recibieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1962.
- Jocelyn Bell Burnell: Astrofísica británica que descubrió los púlsares durante su etapa como estudiante de doctorado. A pesar de este logro revolucionario, el Premio Nobel de Física de 1974 fue otorgado exclusivamente a su supervisor Antony Hewish y a Martin Ryle.
- Esther Lederberg: Microbióloga pionera que descubrió la transducción bacteriana y desarrolló técnicas fundamentales en la genética, como la réplica de placas. Sin embargo, fue su esposo, Joshua Lederberg, quien recibió el Premio Nobel en 1958, sin que se reconociera la colaboración crucial de Esther.
- Chien-Shiung Wu: Físico experimental conocida como la «Madame Curie de China», Wu demostró la no conservación de la paridad en física nuclear, un descubrimiento revolucionario. Sin embargo, el Premio Nobel de Física de 1957 fue otorgado únicamente a sus colegas teóricos Tsung-Dao Lee y Chen-Ning Yang.
- Marthe Vogt: Neurocientífica cuyos descubrimientos sobre la transmisión química en el cerebro fueron fundamentales. Su trabajo fue utilizado por otros científicos que sí recibieron el Premio Nobel, mientras que Vogt quedó fuera del reconocimiento oficial.
- Emmy Noether: Matemática que revolucionó la física teórica con su Teorema de Noether, que conecta las leyes de conservación con las simetrías de la naturaleza. A pesar de que su trabajo es considerado una piedra angular de la física moderna, nunca fue reconocida con un Premio Nobel.
Estos casos reflejan una injusticia histórica que no solo afecta a las mujeres, sino que también priva a la ciencia del reconocimiento pleno de su diversidad y riqueza intelectual.
¿Por qué es importante revertir esta situación?
Reconocer a las mujeres en la ciencia no es solo un acto de justicia histórica, sino un paso necesario para:
- Inspirar a futuras generaciones de científicas.
- Promover una cultura científica inclusiva y equitativa.
- Aprovechar el talento y las perspectivas diversas que las mujeres aportan a la investigación.
¿Qué podemos hacer como comunidad científica?
Desde nuestra Comisión de Igualdad proponemos varias acciones para contribuir al cambio:
- Revisar los procesos de nominación y evaluación para asegurar que sean inclusivos y libres de sesgos.
- Promover activamente a mujeres científicas como candidatas a premios y reconocimientos.
- Visibilizar el trabajo de científicas a través de conferencias, eventos y publicaciones.
- Ofrecer formación sobre igualdad de género y sesgos inconscientes a los comités de evaluación.
- Generar campañas de sensibilización, como esta, para educar y concienciar a nuestra comunidad.
El 11F no es solo un día de conmemoración, sino un recordatorio de la responsabilidad que tenemos como comunidad para avanzar hacia un futuro más equitativo. Juntos, podemos dar pasos firmes para revertir la discriminación de las mujeres en los premios científicos y construir una ciencia más justa y diversa.
Referencias:
(1) STAT: Reporting from the frontiers of health and medicine: Men won all the science Nobels this year. There’s an even bigger problem. (2024).
https://www.statnews.com/2024/10/11/nobel-prizes-2024-gender-bias-science/
(2) Lunnemann P, Jensen MH, Jauffred L. Gender bias in Nobel prizes. Palgrave Commun. 2019 Dec;5(1):46. https://www.nature.com/articles/s41599-019-0256-3
(3) Gehmlich K, Krause S. Gender distribution of Scientific Prizes Is Associated with Naming of Awards after Men, Women or Neutral. Data 2024, 9, 84. https://doi.org/10.3390/data9070084